Nos levantamos tempranito y vamos a desayunar antes de que nos recojan en nuestro hotel Phoenix 25 (que no Phoenix 74..) Desayunamos un plato nuevo, una especie de masa de ”gyozas” que, para nuestra sorpresa, nos desmenuzan en la cara y nos mezclan con mandangas varias. Resultat BUNIIISSIM! Todo ello regado con té de jazmín for free.
Vamos a la estación de bus tomamos asiento y nuestro guía, don Mao empieza con sus explicaciones mientras nos despedimos del apabullante Ho Chi Minh City por el carril de 4 ruedas. Durante el trayecto contemplamos cosas inverosímiles sobre 2 ruedas, tiendas y tenderetes de todo tipo, personas y personajes y como no, el siempre presente arroz, esta vez en forma de cultivo. Lo que más me ha molao del trayecto son los miles de bares de carretera repletos de hamacas colgadas en sus infinitas columnas aunque repletos de guiris y su respectivo bus de guiritour, del cual esta vez -siguiendo criterios estrictamente economicos- hemos formado parte.
Nuestra preferencia inicial, como en el resto de paises, ha sido huir de cutretours y apañarnoslas con nuestros medios, pero esta vez el Cutretour salia very economico y ha sido tan tentador que como ratas profesionales no pudimos decir que no.
De vuelta a la excursión post 4h de bus llegamos a nuestro destino, un muelle en el que cogemos una barcaza con nuestros compis de viaje de los proximos 2 dias. Veremos 4 islas: Unicorn Island, Coconut Island, Dragon Island …. En la primera isla nos llevan a un tenderete en el que recolectan miel y con esta miel hace de todo, desde snacks variados hasta un potingue llamado ”Royal Jelly” (jalea real pa los amigos) que lo mismo te lo puedes comer a cucharadas como untartelo en la cara y parecer Claudia Schiffer, entre otros muchos milagros. Sorprendentemente los asiáticos y/o viejales del tour compran estas mandangas, nosotros y otros 3 jóvenes europeos (2 austríacas y un escocés) no caemos en la trampa. La siguiente parada del tour son las canoitas por unos canales chulos pero más abarrotados que las ramblas, al menos los que nos llevan, en vista de que no somos yayas y de que ellos pueden darse un respiro, nos ofrecen remar tmb. Post remada volvemos a la barcaza inicial que nos lleva ahora a la Coconut Island. Al llegar cambiamos a unas barcas más pequeñas y llegamos a una casa en la que nos explican que los cocos en función de su edad se usan para una cosa u otra: los verdes para beber y los viejos de color marrón para hacer aceite, jabón o caramelos. Nos muestran el proceso y vemos a unas señoras cortando y empaquetando caramelos tal fichas de dominó se tratase. De vuelta a la barcaza vamos los primeros en la barca intermedia y como la afluencia turística ha bajado podemos disfrutar del paseo y del paisaje casi en exclusiva.
Siguiente isla, toca comer, en el tour incluyen una “pequeña ración” de arroz con verduras o con carne, así que alguna gente gastosa se atreve a pedir extras como el pez elefante que al parecer es típico y a los pobres les sale la comida por las orejas. Después volvemos a la isla de las abejas para el postre, la parte preferida de Manel, degustación de frutas de la zona aderezada con folklore vietnamita… Momento ideal para que pidieran donativo para los músicos y para que Manel se indignase por tan espontánea sorpresa.
Volviendo a tierra firme, tras un ratin de bus en el que algún que otro guiri murió congelado, llegamos a Can Tho o la capital del Led. Allí nos depositaron en nuestro hotel no sin antes darnos la buena nueva de que el desayuno, inicialmente incluido, debía pagarse a parte, cosa que como os podeis imaginar no digerimos demasiado bien y para colmo la profesionalidad de nuestro guía don Mao quedó un poco en entredicho al decirnos en otras palabras “no mareeis y buscaros la vida”. Resignados fuimos a cantonear, encontramos mogollón de sitios de comida y sobre todo de dulces, un mercado nocturno muy molongi, y entramos en el “corteingles” vietnamitico por mi necesidad urgente de chocolate. El sitio daba auténtico miedo,la gente estaba como loca, no sabemos si por ser sábado noche o por ser centro comercial. A! Y el chocolate con un 5% de cacao… Vomitivo, para estas cosas mejor no escatimar y pillar algo caroconocido que baratoporconocer.
La noche en el Can Tho hotel iba muy bien, no había discos cercanas así que descansamos plácidamente. Aunque desde las 4:30am los gallos me changaron mi placido sueño. Desayuno y corriendo para una barca en la que visitaremos lo más importante del tour Cai Rang, el mercado flotante más grande de Vietnam, que resultó ser un auténtico chasco. Quizá porque nos llevaron muy tarde y ya solo habia 5 paradas 4 de ellas que hacen negocio vendiendo frutas y refrescos a los guiris. Post mercado visitamos una fabrica de noodles y una fábrica en la que procesaban arroz, además de hacer un poco el lerdo en el Monkey Bridge (en castellano “puente mono” llamado así porque al pasar por el la gente parece imitar los andares de un mono, o eso dicen…) Cuando la excursión llegaba a su fin, nos pretendían llevar a otro lado para “gastate la pasta guiri” pero nos escabullimos vilmente con nuestro escotish friend con el que fuimos a comer a un sitio chollo.
Post 4-5h de fatídico bus volvemos a la ciudad de las motos y sus bocinas dispuestos a hacer tiempo hasta nuestro próximo destino Da Lat y sus respectivas 8h de Night Bus con sus asientos horizontales… En nuestro deambular en busca de que hacer hasta nuestra partida, nuestros culos fueron a parar a lo que sería la plaza Cataluña de Ho Chi pero en vez de palomas había gente ansiosa de catar un guiri. Fue sentarnos y una marabunta de gente – la mayoria jovenes estudiantes aunque tmb se coló alguna niña y algún jubilao- se nos echó encima porque querían hablar con nosotros para practicar inglés. Al principio era gracioso, y nos solucionaron la espera, pero hubo varios momentos de “dejarme respirar please” en los que sobretodo Manel quería salir corriendo de allí….
Proximo capitulo experiencias religiosas en el Night Bus
Tilapia, tontolava y tullido